Ángel Vargas (Guerrero, 1989)
Ángel Vargas (Acapulco, Guerrero, 1989). Estudia Letras hispánicas en la UNAM. Ha tomado talleres con los poetas César Rodríguez Diez y Luis Armenta Malpica. Su obra ha sido publicada en medios electrónicos, así como en el semanario Cauce de la Universidad Autónoma Metropolitana. Premio Estatal de Literatura Joven 2012 en la categoría de Poesía del Instituto Guerrerense de Cultura.
Odio
Esta es una cara aplastada,
Una semilla que cede
A la presión de los dedos.
Como la testa de un niño bajo un martillo
Con algodón de azúcar en los dientes.
Esto es un poema del odio,
Porque no me compraron
El avión de control remoto que quería.
Por eso comencé a hundir barcos,
Levanté edificios para destruirlos,
Hice cuevas y les aventé cohetes.
Recuerdo el polvo que se levantaba
Cuando la tierra se rompía.
Pobres hormigas.
Corriendo con el tronar de mis dedos.
Relámpago y trueno,
Tornado sonoro del pulgar
Y del medio.
Esto es la memoria del cuero
Que le arranqué a las orugas del árbol de grosella,
Ellas parecían desde arriba
Una turba de mocos de toro.
Un poema del odio
Porque no me compraron mi avioncito de pilas que volaba.
Yo quería uno que lanzaba bombitas
Para inmolar más orugas,
Y me dieron un carrito retráctil
Que avanzaba poquito y se moría.
Reveló su intestino de fruta abierta,
Como la guanábana que se cae del árbol.
Yo le di fuerte y le seguí golpeando
Con el mazo pesado de la angustia.
Sabrán ustedes
Que la guanábana
Posee del cráneo de un recién nacido
La textura.
Este es mi poema del odio
Porque mi hermano tiene un mejor juguete que el mío.
¡Es un buen niño!
¡Mírale las uñas! ¡Tan limpias!
¡Parece que le brotó un arroyo en las manitas!
Yo
Nunca
He
Obedecido
Nada.
Yo no soy un buen niño.
Ni me lavo las manos porque mi tinta se disuelve muy fácil.
Esto es mi poema del odio,
Es la llama de la palapa seca en que ardió el cuerpo de mi hermano.
Yo le dije
Juguemos
A que
La casa de palma se encendía
Y yo corría con la cubeta llena
Para apagar el fuego.
Yo quise que mi hermano fuera diamante,
Para venderlo y comprar el avioncito de pilas.
No llegó la cubeta (no la hice llegar)
Y la palapa ardió
En todas sus venas,
Y le faltó carbono, o le sobró (yo ya no sé de química)
O simplemente no se acomodó del todo
Para crear el tetraedro en sus entrañas.
Esto es mi poema del odio
Porque mi hermano tenía
Un mejor juguete que el mío.
Esta es una cara aplastada,
Una semilla que cede
A la presión de los dedos.
Como la testa de un niño bajo un martillo
Con algodón de azúcar en los dientes.
Esto es un poema del odio,
Porque no me compraron
El avión de control remoto que quería.
Por eso comencé a hundir barcos,
Levanté edificios para destruirlos,
Hice cuevas y les aventé cohetes.
Recuerdo el polvo que se levantaba
Cuando la tierra se rompía.
Pobres hormigas.
Corriendo con el tronar de mis dedos.
Relámpago y trueno,
Tornado sonoro del pulgar
Y del medio.
Esto es la memoria del cuero
Que le arranqué a las orugas del árbol de grosella,
Ellas parecían desde arriba
Una turba de mocos de toro.
Un poema del odio
Porque no me compraron mi avioncito de pilas que volaba.
Yo quería uno que lanzaba bombitas
Para inmolar más orugas,
Y me dieron un carrito retráctil
Que avanzaba poquito y se moría.
Reveló su intestino de fruta abierta,
Como la guanábana que se cae del árbol.
Yo le di fuerte y le seguí golpeando
Con el mazo pesado de la angustia.
Sabrán ustedes
Que la guanábana
Posee del cráneo de un recién nacido
La textura.
Este es mi poema del odio
Porque mi hermano tiene un mejor juguete que el mío.
¡Es un buen niño!
¡Mírale las uñas! ¡Tan limpias!
¡Parece que le brotó un arroyo en las manitas!
Yo
Nunca
He
Obedecido
Nada.
Yo no soy un buen niño.
Ni me lavo las manos porque mi tinta se disuelve muy fácil.
Esto es mi poema del odio,
Es la llama de la palapa seca en que ardió el cuerpo de mi hermano.
Yo le dije
Juguemos
A que
La casa de palma se encendía
Y yo corría con la cubeta llena
Para apagar el fuego.
Yo quise que mi hermano fuera diamante,
Para venderlo y comprar el avioncito de pilas.
No llegó la cubeta (no la hice llegar)
Y la palapa ardió
En todas sus venas,
Y le faltó carbono, o le sobró (yo ya no sé de química)
O simplemente no se acomodó del todo
Para crear el tetraedro en sus entrañas.
Esto es mi poema del odio
Porque mi hermano tenía
Un mejor juguete que el mío.