Sergio D. Lara (Distrito Federal, 1992)
Sergio D. Lara (Distrito Federal, 1992) es poeta y editor. Estudia Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Dos veces ganador del primer lugar en el Concurso Nacional de Creación Literaria del ITESM y la Cátedra de Alfonso Reyes (2009, 2010). Fue beneficiaro del PECDA Morelos en 2011. Fue editor y miembro del comité editorial de la revista Moria. Es fundador y director de la editorial, Ediciones Simiente. Ha publicado el poemario Ciudades bajo la lluvia (ritual para conjurarte) (EdicioneZetina, 2011) y en la antología Cruce de peatones. Estaciones presentidas (Proyecto Diorama 2012). Su poemario “Génesis” resultó ganador de la convocatoria para publicación de obra inédita del Fondo editorial del Instituto de Cultura de Morelos. Segundo lugar en los Juegos Florales de Cuernavaca 2012.
De Génesis (apuntes para una teoría de la imagen y el sonido)
Retrato #3
El cine estaba a oscuras
y mis dedos cabalgaban dentro de tu sexo;
pensé que quizás, al volver la luz,
desaparecerías;
sin embargo, permaneciste ahí,
como Venus
recién nacida de la espuma.
VI
A Ana Velarde
Su voz existe para mí como una Ceiba
que bajo el agua va dejando su raíz
cubierta de una luz que es transparente;
como un fruto maduro que revienta
bajo el peso mortal de nuestros labios.
Su voz es una imagen siempre clara:
un racimo de jade que florece
en las manos de un hombre que está solo,
un amplio techo con estrellas,
dibujado sobre la cama donde duermo.
Es un desierto de amplias dunas,
un río de caudal que no termina.
Su voz de crisantemo,
de orquídea rumorosa,
apunta irreductible
al corazón de la gacela.
Su voz es un león que está al acecho,
es una torre de marfil,
una alta catedral de mármol blanco,
un cáliz rebosante,
un manantial que nace de su boca.
Su voz es el reposo que en mi hombro
encuentra su cabeza, como el niño
que sosiega su miedo
en el regazo de su madre.
Su voz es un candil lleno de fuego,
un vaso de cristal que se ha quebrado.
Su voz es un secreto impronunciable
balbucido en la luz del mes de octubre.
Es un imán rotundo,
una gota de agua entre la yerba
más pesada que el cuerpo que habitamos.
Su voz es una imagen que contiene
en sólo una palabra mi existencia.
Retrato #3
El cine estaba a oscuras
y mis dedos cabalgaban dentro de tu sexo;
pensé que quizás, al volver la luz,
desaparecerías;
sin embargo, permaneciste ahí,
como Venus
recién nacida de la espuma.
VI
A Ana Velarde
Su voz existe para mí como una Ceiba
que bajo el agua va dejando su raíz
cubierta de una luz que es transparente;
como un fruto maduro que revienta
bajo el peso mortal de nuestros labios.
Su voz es una imagen siempre clara:
un racimo de jade que florece
en las manos de un hombre que está solo,
un amplio techo con estrellas,
dibujado sobre la cama donde duermo.
Es un desierto de amplias dunas,
un río de caudal que no termina.
Su voz de crisantemo,
de orquídea rumorosa,
apunta irreductible
al corazón de la gacela.
Su voz es un león que está al acecho,
es una torre de marfil,
una alta catedral de mármol blanco,
un cáliz rebosante,
un manantial que nace de su boca.
Su voz es el reposo que en mi hombro
encuentra su cabeza, como el niño
que sosiega su miedo
en el regazo de su madre.
Su voz es un candil lleno de fuego,
un vaso de cristal que se ha quebrado.
Su voz es un secreto impronunciable
balbucido en la luz del mes de octubre.
Es un imán rotundo,
una gota de agua entre la yerba
más pesada que el cuerpo que habitamos.
Su voz es una imagen que contiene
en sólo una palabra mi existencia.